1. Entender que la personalidad de nuestro hijo(a) está en formación:
Las rabietas o berrinches son una expresión de oposición y esto es bueno. Significa que nuestros peques quieren dar a conocer sus opiniones y sus deseos. ¡Claro está, nuestro papel como padres es que comuniquen estas opiniones y deseos de forma asertiva! Los berrinches inician alrededor de los dos años cuando los peques no han consolidado su lenguaje, por eso muchas veces ante la frustración de que no les entendemos, se desbordan los sentimientos.
2. Empatizar con nuestro
hijo(a):
Imaginemos esta situación: Un día en la oficina, su jefe llega a recoger todos sus papeles del escritorio y les dice en tono muy alto que deben ir al área de cafetería porque habrá un almuerzo. Usted estaba a punto de ingresar unos datos muy importantes y ahora todos sus papeles están muy desordenados Cuando se levanta de su escritorio su jefe lo toma del brazo y lo lleva hasta el baño para lavarle las manos, usted no quiere que su jefe le lave las manos, quiere hacerlo usted solo. ¿Cómo reaccionaría? ¿Cómo se sentiría?
Imaginemos esta situación: Un día en la oficina, su jefe llega a recoger todos sus papeles del escritorio y les dice en tono muy alto que deben ir al área de cafetería porque habrá un almuerzo. Usted estaba a punto de ingresar unos datos muy importantes y ahora todos sus papeles están muy desordenados Cuando se levanta de su escritorio su jefe lo toma del brazo y lo lleva hasta el baño para lavarle las manos, usted no quiere que su jefe le lave las manos, quiere hacerlo usted solo. ¿Cómo reaccionaría? ¿Cómo se sentiría?
Muchas veces las
rabietas vienen porque imponemos instrucciones a nuestros hijos, los
apresuramos, hacemos las cosas por ellos cuando ellos están buscando
independencia. Necesitamos tratar de entender cómo se sienten.
3. Anticipar:
El punto anterior nos lleva a anticipar. No es lo mismo que yo tome del brazo a mi hijo y lo saque del parque, que decirle con anticipación cuánto tiempo queda y hacerle un recordatorio de que el tiempo ya se va a acabar. Esta estrategia a mí me ha funcionado de maravilla y me ha librado de muchos berrinches.
El punto anterior nos lleva a anticipar. No es lo mismo que yo tome del brazo a mi hijo y lo saque del parque, que decirle con anticipación cuánto tiempo queda y hacerle un recordatorio de que el tiempo ya se va a acabar. Esta estrategia a mí me ha funcionado de maravilla y me ha librado de muchos berrinches.
4. Acompañar y validar
sus sentimientos:
En lo personal no estoy de acuerdo en ignorar a nuestros hijos cuando están pasando por un berrinche. Son niños y apenas están aprendiendo a lidiar con tanta frustración. Algunas veces ellos no quieren que los abracemos, pero es importante quedarnos cerca. Algunos niños sí necesitan abrazarnos para poder calmarse. Decirles “Yo sé que te sientes ______ pero ______”
En lo personal no estoy de acuerdo en ignorar a nuestros hijos cuando están pasando por un berrinche. Son niños y apenas están aprendiendo a lidiar con tanta frustración. Algunas veces ellos no quieren que los abracemos, pero es importante quedarnos cerca. Algunos niños sí necesitan abrazarnos para poder calmarse. Decirles “Yo sé que te sientes ______ pero ______”
Imagen obtenida en: http://www.disciplinapositivamx.com/?p=830
5. Mantener la calma y
mantenerse firme:
Esta es sin duda la
parte más difícil, mantener la calma, sobre todo si el berrinche se da en un
lugar público. Pero si accedemos a la demanda del niño cuando ya dijimos
no, es muy seguro que el berrinche se repita para poder recibir lo que
desea. De forma tranquila, le repetimos que no se puede hacer lo que él
desea en ese momento y le explicamos las razones. Funciona desviar la atención:
Necesito que te calmes para que me ayudes a: pagarle al cajero, sacar la
tarjeta de crédito del bolso de mamá, etc.
Imagen obtenida en: http://www.ninos-felices.com.mx/berrinches-y-los-sentimientos-de-los-peques/
-Jenny-
-Jenny-
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