Cuando nació mi bebe la recibí con el mismo amor que cualquier madre recibe a su retoño. Llena de miedos y alegrías al mismo tiempo. En mi familia no tenía bebés cercanos como para comparar el comportamiento de mi bebé, pero las comparaciones departe de otras personas no se hicieron esperar, y me fui dando cuenta como mi bebé se “salía” de la norma.
Lo esperado era que los bebés
comieran y durmieran, pero a mi bebé no le agradaba mucho dormir. Parecía que
se quería comer el mundo con esos dos ojos hermosos, siempre estaba atenta a
todo lo que ocurría y se veía como analizaba cada persona o situación nueva. Cuando se le notaba cansada y la poníamos a dormir empezaba la pelea por
no querer perderse nada. Cuando lloraba
y no lográbamos controlar su llanto este iba ascendiendo y era casi imposible
que se calmara sola.
Sus siestas eran cortas y
frecuentemente interrumpidas por cualquier sonido, aunque la gente me decía: “Ponle
ruido para que se acostumbre” Yo notaba que el ruido de verdad le molestaba así
que mientras dormía la casa era un cementerio… solo nos faltó poner un rótulo
de “no tocar el timbre”. Con sus
despertares frecuentes de noche pensábamos que al día siguiente sus siestas
serian largas… pero no, ella quería explorar, investigar y conocer.
A lo largo de estos dos años, ha
sido una bebé diferente, impredecible, mi hermana la ha bautizado como “la
cajita de sorpresas” lo que hoy funciona con ella mañana probablemente no funcionará,
la actividad que hoy disfruta probablemente mañana no le interesará. Se aburre rápido, muy rápido de los juguetes o
de los juegos, actualmente tiene dos años y al terminar de jugar con algo me pregunta
“¿Y ahora?” esperando una nueva actividad.
Tengo la suerte de estar con ella todo el día para cuidarla, y
eso ha hecho nuestro lazo estrecho, pero demasiado estrecho. Mi esposo la bautizó
como “mi chicle”, quisiera estar pegada a mí todo el día. Es muy demandante de
mi atención, no le gusta jugar sola, necesita que yo esté a su lado.
Hace unos meses encontré en
internet un artículo sobre bebés de alta demanda y me di cuenta que era mamá de
una bebé de alta demanda. Esto me abrió la
empatía, la paciencia y definitivamente me incrementó el amor por ella.
Aquí les dejo algunas características
de un bebé de alta demanda:
(Tomado de www.crianzadealtademanda.com)
- Intensos
- Necesidad de contacto físico continuo
- Demandantes
- Frecuentes despertares
- Insatisfechos
- Impredecibles
- Hipersensibles
- Absorbentes
- No se calman solos
- Se alimentan a menudo
- Sensibles a la separación
Tener un bebé de alta demanda no
es fácil, necesitaremos el doble de energía, probablemente el doble de
paciencia pero al final nos sentiremos satisfechos de hacer el trabajo de
padres lo mejor que podamos.
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